Este lunes, el Aeropuerto Internacional Marcos A. Gelabert de Albrook fue el escenario de la deportación de 43 ciudadanos colombianos, en un vuelo con destino a Medellín. En la operación estuvo presente el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, quien concluyó así su agenda en suelo panameño.
Desde primeras horas de la mañana, se observaron movimientos en la terminal aérea, donde estuvieron el canciller panameño, Javier Martínez Acha, y el ministro de Seguridad, Frank Ábrego. El proceso incluyó la expulsión de siete personas con antecedentes criminales.
Durante su intervención ante medios nacionales e internacionales, Rubio calificó como "una tragedia" la migración irregular que afecta a América Latina. "Lo que ha sucedido en este hemisferio con la emigración masiva es muy lamentable. Muchas de estas personas son víctimas que enfrentan situaciones peligrosas al tomar rutas irregulares, lo que genera serios problemas en los países de la región", expresó.
El funcionario estadounidense también subrayó la importancia de fomentar acciones preventivas para evitar que personas con historial delictivo generen nuevos conflictos. "Hemos visto que programas como este ayudan a evitar que quienes tienen antecedentes criminales sigan avanzando por la región. Esto no solo beneficia a Panamá, sino a toda América Latina", agregó Rubio.
Asimismo, el secretario destacó la cooperación entre Estados Unidos y Panamá, describiendo a la nación centroamericana como "un país amigo y hermano" con el cual se mantienen importantes lazos de colaboración en temas de seguridad y migración.
Previo al acto de deportación, Rubio sostuvo una reunión con el canciller Acha y el ministro Ábrego para tratar estrategias conjuntas frente al fenómeno migratorio y otros asuntos relacionados con la seguridad regional.